es

Con la victoria sobre Trump y Bolsonaro vamos contra el ajuste de Lula

02.08.2025

Por Fernanda Nadais. Río de Janeriro- La Marx Brasil


Una enorme crisis política se ha abierto en nuestro país, veamos los hechos impactantes que han sucedido solamente en el último mes:. El 9 de Julio del 2025 el presidente de EE.UU, Donald Trump sancionó con aranceles del 50% a los productos importados de Brasil argumentando que Brasil mantiene saldos favorables en el comercio bilateral. Lo que afirma Trump es falso porque mientras EE.UU recibió 40.300 millones de dólares en exportaciones desde Brasil, las importaciones desde EE.UU sumaron 40.500 millones de dólares, es decir la balanza comercial es favorable a EE.UU. El gobierno capitalista de Lula y el Frente Amplio respondió el 15 de julio del 2025 con el decreto de contramedidas que reglamenta la Ley de la Reciprocidad aprobada por el Congreso en mayo, para enfrentar las medidas de Donald Trump.

El 18 de julio del 2025 el Secretario de Estado de EE.UU Marco Rubio, anunció la revocación de las visas del juez del Supremo Tribunal Federal (STF) Alexandre de Moraes y sus familiares. A modo de respuesta el Tribunal Supremo (STF) de Brasil ordenó el 21 de julio del 2025 la colocación de la tobillera electrónica a Jair Bolsonaro, y el bloqueo de bienes y cuentas bancarias del diputado federal Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair Bolsonaro, por incitar a Washington a adoptar medidas contra el Gobierno brasileiro y el STF. Estos acontecimientos dejaron en claro los verdaderos propósitos de la Administración Trump. El gobierno de Trump toma estas medidas arancelarias como un modo de presionar para que Bolsonaro sea puesto en libertad y no sea juzgado, lo cual significa un atropello y una intromisión en los asuntos internos de Brasil. Los marxistas repudiamos ese tipo de medidas del imperialismo de Estados Unidos, que también están recibiendo un repudio masivo a nivel popular.

¿A que se deben los roces y choques entre el gobierno imperialista de Trump y el gobierno capitalista de Lula? ¿Que significan los enfrentamientos y roces entre el lulismo, el centrao y el bolsonarismo? Como explicaremos en este articulo, la crisis política que vivimos es expresión del agravamiento de la crisis económica, y social del Brasil capitalista, cuyo telón de fondo es una hundimiento en la pobreza de millones y el crecimiento del descontento tanto con el gobierno capitalista de Lula, así como también con todos los partidos y coaliciones capitalistas.

Se incuba una aguda crisis económica que dispara la crisis del régimen

¿Estados Unidos quiere invadir Brasil? ¿Lula se enfrenta a al imperialismo con el objetivo de independizar a Brasil del dominio de EE.UU? A partir de estos acontecimientos ¿Debemos definir que el PT y la coalición gobernante Frente Amplio son un movimiento anti- imperialista? Nada de esto. EE.UU no necesita invadir, ni colocar aranceles para dominar la economía de Brasil, lo hace a traves del control que las corporaciones imperialistas tienen sobre las empresas brasileiras. Los roces y disputas entre Trump y Lula sobre la cuestión de los aranceles no son un hecho que ocurre solamente en Brasil, sino que esto está sucediendo en decenas de países capitalistas del mundo que estan renegociando los términos del comercio mundial buscando sacar a la economía capitalista global de la crisis.

Lula está lejos de ser un gobierno que se enfrente a Estados Unidos, mas bien lo contrario, bajo sus tres mandatos Brasil se consolidó como una nación semicolonial, bajo dominio del imperialismo. Es uno de los países con mayor presencia de filiales de empresas imperialistas ocupa el puesto 13 en el ranking global, con 4.686 compañías extranjeras operando en su territorio ¿Porque se dan esas peleas entre Lula y Trump y entre sectores burgueses y patronales en nuestro país? Vamos a analizar en detalle la crisis que se está incubando y que a su vez es parte de la crisis mundial que está viviendo el capitalismo.

Segun el Instituto Brasileiro de Geografía y Estadística (IBGE) 58,9 millones de personas viven en la pobreza, mientras que 9,5 millones están en la pobreza extrema, sin embargo la pobreza es aún mayor si se excluyen los subsidios y programas de apoyo como Bolsa Familia. En 2012, los beneficios sociales representaban solo el 23,5% de los ingresos de los hogares más pobres, pero diez años después, esta proporción ascendió al 42,2% lo que significa en realidad los subsidios crecen buscando calmar la pobreza, que sigue creciendo.

Sin los subsidios, la pobreza extrema alcanzaría los 25 millones de personas, mientras que la pobreza alcanza los 68 millones de personas. A ese dato debemos incorporar el hecho de que el 40% de la población sobrevive con unos míseros R$601 al mes, equivalente a 100 dólares al mes, lo cual no es suficiente para alcanzar la canasta básica familiar de alimentos. Todo esto arroja los datos reales de que 93 millones de personas están en la pobreza, un dato horroroso que arroja como resultado de estos años de gobierno lulista y bolsonarista que la mitad de la población de Brasil capitalista es pobre.

A esto se suma otro dato alarmante: La inflación interanual alcanzó el 5,32%, registrando un proceso al alza en los últimos 10 meses, lo que significa una perdida de los salarios y un crecimiento permenente de la pobreza y la miseria. Si bien no estamos ante un estallido hiperinflacionario, la inflación avanza implacablemente día a día haciendo que millones caigan en la pobreza cotidianamente. Este proceso de inflación creciente es producto de la crisis capitalista global que desarrolla una estanflación, es decir, una combinacion de inflación y recesión que golpea sobre todos los países y regiones de los cinco continentes del mundo.

La imagen muestra el crecimiento de la inflación desde junio del 2024 al presente en 2025

A comienzos de año el real brasileño tocó su punto más bajo frente al dólar, lo cual implica un proceso de devaluacion del real, que también contribuye al crecimiento de la inflación, y el crecimiento de la pobreza. A su vez, la agudización de la crisis económica del país genera una escandalosa desigualdad producto de que el 1% de la oligarquía de los mas ricos concentra la riqueza, mientras que 100 millones se hunden en la pobreza día a día. Todo este panorama está provocando un crecimiento del descontento de la población, es la base del crecimiento del descontento social con los partidos políticos, el Parlamento y las insituciones del regimen político.

Los enfrentamientos entre el lulismo, el bolsonarismo y el Centrao son la expresión de una disputa entre los distintos sectores de las clases dominantes sobre como sacar al Brasil de la crisis, evitar una explosión del descontento social, buscando desviar el descontento de la población intentando hacer creer a la población que la crisis es el producto de los aranceles de Trump, o de las disputas con el bolsonarismo. Mas allá de los intentos de desviar el descontento, la realidad es que el desastre que esta viviendo el pueblo brasileiro es el producto de la politica de los diferentes gobiernos, y en este caso de la política del gobierno de Lula.

El fracaso del plan de ajuste de Lula

El 20 de diciembre del 2024, hace solo 6 meses, el Senado de Brasil aprobó el programa de ajuste fiscal del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, buscando reducir el gasto gradualmente hasta 2030. Precisamente el plan de ajuste de Lula instaló una nueva fórmula para calcular el aumento del salario mínimo colocando un límite de crecimiento del 2,5% anual. Ese punto del plan de Lula significa una pérdida de la mitad del poder adquisitivo de los salarios teniendo en cuenta que la inflación se disparó del 4% al 5,5% en los últimos 10 meses.

Por otro lado, el cálculo de los salarios ha sido considerado crucial por el Ministerio de Hacienda porque el salario mínimo tiene una incidencia directa en los salarios de los jubilados y pensionados. De este modo, en la medida en que los salarios de los trabajadores brasileiros pierden la mitad de sus salarios, reciben también un enorme golpe los ingresos de los jubilados y pensionados. Son las capas mas vulnerables del pueblo quiene sufren el plan de ajuste de Lula porquelas principales víctimas de la pobreza y la pobreza extrema son las mujeres, los afrodescendientes, incluidos negros y pardos y los jóvenes.

La proporción de hombres en situación de pobreza es del 26,3%, mientras que la de las mujeres alcanza el 28,4%, la pobreza extrema de los hombres es del 4,3% y en las mujeres es del 4,5%. Entre los blancos el 17,7% son pobres, mientras que entre los pardos, esta proporción es casi el doble, un 35,5%; y entre los negros, un 30,8%. En cuanto a la pobreza extrema, solo el 2,6% de los blancos se encuentran en esta situación, mientras que entre los pardos y los negros las cifras son del 6% y el 4,7%, respectivamente. A su vez la pobreza golpea brutalmente sobre la juventud: Entre los menores de 15 años, el índice es del 44,8%, mientras que para los jóvenes de 15 a 29 años, es del 29,9%.

El programa de Lula buscó reducir gradualmente un bono anual que reciben los trabajadores de bajos ingresos lo cual agravó aun mas los índices de pobreza. Lo que el gobierno capitalista de Lula buscó con este plan de ajuste era lograr un ahorro del gasto público de 327.000 millones de reales, equivalente a 54.800 millones de dólares o 52.000 millones de euros. Pero el plan resultó en un fracaso porque dispararon un aumento de la inflación, lo que obligó al Banco Central de Brasil a aumentar las tasas de interés del 12 % al 15%, para frenar la inflación, que en ese momento era del 4,87 %, mientras el real continuaba devaluándose frente al dólar.

A su vez, el aumento de la tasa de interés produjo el inmediato efecto de frenar la economía. El "Capa de Gasto" implica R$ 31 mil millones ya recortados en salud, educación y programas sociales. Pero el gobierno se convirtió en rehén de sus propias medidas porque por un lado disparó la pobreza, mientras que por otro lado, al establecer un límite de gasto público, no le permitía contar con recursos para establecer nuevos subsidios para paliar la pobreza que el mismo plan de ajuste creaba. Eso obligó al gobierno de Lula a tomar medidas desesperadas para hacerse de fondos adicionales con lo que el 22 de mayo del 2025 decretó una medida para triplicar el impuesto sobre las transacciones financieras, el llamado Impuesto las Operaciones Financieras (IOF) con el objetivo de recaudar R$ 20,5 mil millones este año y R$ 40,1 mil millones en 2026.

Pero la medida de Lula desató el pánico en los mercados, el dólar empezó a subir en el mercado de futuros y el EWZ, el principal Fondo de inversión cotizado de las acciones brasileñas en Wall Street se desplomó más de un 3%. El desplome del índice de referencia de Brasil en Nueva York abrió una crisis que obligó al Palacio Presidencial de Planalto a convocar urgentemente una reunión con los ministros de la Casa Civil, Rui Costa, de Relaciones Institucionales, Gleisi Hoffmann, y de la Secretaría de Comunicación, Sidônio Palmeira, En esa reunión resolvieron la retirada de parte de las medidas; es decir, el impuesto IOF para las inversiones de fondos nacionales en el extranjero. Fernando Haddad el ministro de Economía se reunió el 8 de junio del 2025 durante 5 horas con los parlamentarios y anunció un "acuerdo" con el legislativo que el gobierno enviaría al Congreso.

El gráfico muestra el aumento de las tasas de interés a partir del plan de ajuste de Lula

Pero el 9 de junio del 2025 Hugo Motta, el presidente de la Cámara de Diputados se desdijo del acuerdo y afirmó que no garantizaría que el Congreso aprobaría el paquete propuesto por el gobierno. Ante la crisis abierta por las declaraciones de Motta el día 11 de junio del 2025 Haddad se enfrentó con el bolsonarismo en la Cámara pero volvió a dar marcha atrás en la recaudación de parte del IOF y envíó una Medida Provisional (MP) que aumenta los impuestos a las apuestas deportivas. Pero a pesr del retroceso del gobierno, Motta solicitó una votación urgente en el Congreso sobre la medida, lo que obligó a una reunión de emergencia de Lula con Motta y otros líderes de la Cámara y ministros el día 14 de junio, para evitar la derrota de Lula en el Congreso.

Sin embargo, esas reuniones fracasaron. El 24 de junio del 2025 Motta, de acuerdo con Davi Alcolumbre presidente del Senado, anunció que presentaría el PDL (Proyecto de Ley de Decreto Legislativo) que revocaría el Decreto Gubernamental del IOF. Esto fue una derrota histórica para el gobierno capitalista de Lula. Al estallido de la crisis económica se sumó que su decreto fue revocado por 383 votos a favor y 98 en contra, una histórica revocación ya que hacía mas de 32 años que el Parlamento no revocaba un decreto presdidencial. La última ocurrió en 1992 al final del impeachment de Fernando Collor de Mello.

La revocatoria del decreto de Lula generó una crisis política que obligó a una intervención del Supremo Tribunal Federal (STF) que revocó los decretos del Ejecutivo y del Legislativo y ordenó una audiencia de conciliación para el 15 de julio, con la presencia de los titulares de los respectivos poderes del Estado, para alcanzar una solución negociada. La crisis ya abarcaba a los 3 poderes del estado, es decir, el plan de ajuste del gobierno capitalista de Lula ya había fracasado en todos los aspectos: Disparó la inflación, aumentó la pobreza, provocó la devaluación de la moneda, el derrumbe de los activos de Brasil en Wall Street, y luego abrió una crisis política entre el Parlamento, y el Ejecutivo, entre el Centrao, el bolsonarismo, y el lulismo. En medio de este cuadro de crisis social y política que derivaba en un enfrentamiento entre los diferentes sectores capitalistas apareció Donald Trump con sus medidas lo que desvió toda la crisis interna de Brasil hacia el extranjero, pero no hizo mas que agravar toda la crisis política del país.

La izquierda brasileira capitula al gobierno capitalista de Lula

En un sentido, lo mejor que pudo pasarle al gobierno capitalista de Lula fueron las burdas medidas que tomó el gobierno de Donald Trump. Eso permitió desviar completamente la atención de la crisis, ahora aparecía "mágicamente" un nuevo culpable de la crisis de Brasil: Donald Tump y los aranceles. "Brasil es un país soberano, con instituciones independientes, que no acepta ser tutelado por nadie." fue el planteo de Lula en Twitter. Esto le cosechó, curiosamente, el apoyo de sectores como la burguesía agroindustrial de la Confederación Brasileña de Agricultura y Ganadería (CNA) que siempre ha apoyado al ex presidente Jair Bolsonaro, pero que ahora toma distancia del bolsonarismo porque es golpeada por los aranceles de Trump.

La CNA salió a criticar las medidas de Trump, pero además se abrió una crisis en el bolsonarismo porque las medidas de Trump golpean sobre la rica burguesía de San Pablo que exporta masivamente a EE.UU lo que provocó tensiones entre el gobernador del estado de San Pablo, el bolsonarista Tarcísio de Freitas y el hijo de Bolsonaro, Eduardo. Todo le permitió a Lula a presentarse como una "víctima" del ataque de Donald Trump y echarle la culpa de la crisis a Bolsonaro. Toda la opinión pública, los medios de comunicación burgueses, y todas las direcciones políticas y sindicales del país comenzaron a alinearse con Lula. A su vez, la crisis política y la campaña del lulismo abrió un nuevo capítulo de la crisis de la izquierda que mediante una ola de capitulaciones de los grupos de izquierda que comenzó a escribir una de las páginas mas vergonzosas de la historia de izquierda brasileira.

Toda la cupula del Partido de los Trabajadores, y dirigentes aliados salieron en apoyo a Lula, lo mismo los dirigentes del PSOL, y los grupos componentes como el MES, Resistencia, Valerio Arcary, etc. salieron respaldar a Lula. La CUT el Movimento Sem Terra (MST), y todas las organizaciones sociales del país, salieron a apoyar a Lula, y se "olvidaron" que la crisis tiene como responsable al plan de ajuste de Lula. El stalinista PC do B, así como grupos como la LIT- CI y su grupo PSTU quitaron de sus declaraciones la consigna "Abajo el ajuste de Lula". Ahora la lucha es solamente contra Bolsonaro y Trump, como si quien gobernara Brasil fuera Bolsonaro, algo que está completamente fuera de la realidad.

Esta política de la izquierda brasileira, ademas de una traición al marxismo porque es una politica de colaboración con las clases dominantes, es muy peligrosa para los trabajadores y el pueblo porque pretende mostrar a Lula como algo que no es, lo cual es un engaño al pueblo. Plantear que "hay que exigir a Lula" medidas contra el imperialismo o el capitalismo, es una traición y una mentira, porque Lula no va enfrentar al imperialismo, ni a los capitalistas. Hay que hablar claro a los trabajadores y al pueblo y decirles la verdad de que Lula va a pactar con Trump, con el imperialismo y los capitalistas para salvar al capitalismo brasileiro en crisis, aunque muchos trabajadores no nos crean, o se enojen con nosotros.

Y además, la política de la izquierda es un engaño porque mas allá de maniobras y campañas políticas, la realidad es que la crisis del Brasil capitalista continúa sin resolución, y el plan de ajuste de Lula continúa siendo aplicado ahi, firme, vivo y coleando sin que haya sufrido ninguna modificación. La continuidad del plan de ajuste de Lula es un peligro para los trabajadores y el pueblo porque provoca pobreza y miseria. Ya han comenzado las reuniones entre el gobierno brasileño de Lula y las principales organizaciones burguesas, como la CNI (Confederación Nacional de la Industria) y la CNA (Confederación Nacional de Agricultura y Ganadería), abogando por la no toma de represalias contra Estados Unidos y por centrarse en la "negociación" y el "diálogo" con Trump.

La burguesía brasileira buscará el consenso, y los acuerdos, mientras se pelea "para la tribuna" y los medios masivos de comunicación con el objetivo de evitar por todos los medios de que surja en Brasil algún tipo de alternativa independiente del gobierno. La crisis de la izquierda brasileira es un botón de muestra de la crisis crisis de la izquierda mundial. A los marxistas esta crisis no nos sorprende, al contrario, reafirma la necesidad de avanzar en el reagrupamiento de los revolucionarios. Desde La Marx Brasil, impulsamos una política que comience por luchar y derrotar las maniobras de Trump y Bolsonaro, para a partir de allí derrotar el plan de ajuste de Lula.

Es necesario denunciar que el problemas de Brasil es el capitalismo, ya sea que gobierne Lula, o gobierno Bosonaro. El capitalismo no puede ofrecer nada al pueblo, mas que miseria, pobreza y desigualdad. Todo plan de lucha, toda convocatoria, todo llamado que no incluya las consignas de la necesidad de derrotar el ajuste de Lula, no sirve, porque no parte de la realidad de lo que esta ocurriendo en el país, y que los medios de comunicación así como las direcciones politicas pretenden ocultar. La verdad es que la única manera de solucionar la crisis, y la pobreza de nuestro pueblo es con un gobierno obrero y popular. Mientras tanto, apoyar a Lula, es apoyar al capitalismo. Te convocamos alrededor de estas propuestas a organizarte con La Marx Brasil para comenzar a avanzar en el desarrollo de un izquierda principista brasileira que tenga una política de independencia de clase, que nunca llame a aconfiar en un gobierno burgués, y por el contrario, luche contra él, en el marco de la lucha por el Socialismo Global.

Sé el primero en leer nuestras novedades en el canal de whatsapp

Deja tu Mensaje