es

Jacobin como órgano teórico de la reforma

Por Jesús Valdez. La Marx México 1/5/21

Jacobin Magazine, es una revista que funciona como el órgano teórico de Democracy Socialist of America (DSA), un partido que se reivindica socialista y se asume como una corriente de izquierda dentro del Partido Demócrata de los Estados Unidos.

El Partido Demócrata es nada menos que el favorito de Wall Street y el Pentágono, órgano encargado de decidir en qué países Estados Unidos comienza una guerra.

La función de Jacobin en la izquierda mundial es lavarle la cara a los mal llamados partidos y gobiernos "progresistas" en todo el mundo, así como jugar el papel de aglutinador intelectual tanto de la socialdemocracia internacional, como de sus consejeros de izquierda. En México conocemos a este sector como "la izquierda buena ondita", una edición descafeinada incapaz de representar un peligro para el régimen.

Como ejemplo ilustrativo de lo mencionado arriba, podemos encontrar algunos textos donde los firmantes llaman a votar por el PT de Brasil [1] o más descaradamente por Joe Biden en Estados Unidos. Su política puede resumirse así:

"La opción que nos queda ahora es votar por Biden, darse un baño caliente, comprarse medicina para las náuseas y los vómitos, y después comenzar a organizarnos." [2]

¿Derecha e izquierda, o gobiernos capitalistas?

Las categorías favoritas usadas por Jacobin para definir los tipos de régimen, después de sesudos análisis y un largo recorrido sobre los lugares comunes, son las típicas del reformismo mundial: derecha e izquierda.

Estas categorías son típicas de los chrarlatanes, que en el el México posrevolucionario la consigna de algunos intelectuales muy notorios como Carlos Fuentes sentenciaban: Echeverría o fascismo.

Luis Echeverría Álvarez, fue nada menos que el encargado de dos masacres contra el movimiento estudiantil en 1968 y 1971.

Lo mismo pueden decir estos autores sobre Vezuela o México: O se está con Maduro o se está con el tío Sam, "o se está con López Obrador o se está con el imperialismo".

Entre el repertorio plumífero de Jacobin está John Ackerman, también conocido como "el Enrique Krauze de la 4a Transofrmación" (MORENA) [4]. Así como al vicepresidente de Bolivia presentado con bombo y platillo, haciendo mal uso de la política de Lenin en periodos de guerra para justificar la política capitalista de Evo Morales.

Los ancestros de Jacobin

El fundamento teórico de lo que conocemos como "reformismo" en teoría marxista, lo podemos encontrar en los viejos dirigentes del Partido Socialdemócrata Alemán y de la II Internacional con la que rompieron Lenin y los bolcheviques. Nos referimos a August Bebel, Eduard Berntein y Carlos Kautsky.

Contra Bernstein, Rosa Luxemburgo abrió una polémica muy aleccionadora en un folleto muy famoso llamado "Reforma o revolución", que hizo época tanto en la literatura marxista, como en el arsenal teórico del movimiento obrero. En este explicó que no se puede llegar al socialismo a través de reformas, el parlamento, cooperativas, o prebendas sindicales.

El movimiento obrero alemán que antecedió a la primera guerra mundial, era el más poderoso de la época, tenía a su vez a los intelectuales mejor preparados y al partido más grande de la internacional socialista.

Táctica y estrategia: O sobre como confundir intencionalmente el fin con los medios

Lo que Rosa explicó en breves palabras, es que no se pueden confundir los medios con el fin, así como tampoco convertir la táctica en estrategia. "A veces por ser muy tácticos, se pierde la estrategia", me explicaba un compañero hace mucho tiempo en Oaxaca cuando la mayoría de los activistas realizaban maniobras y capitulaban al gobierno después de la insurrección de 2006.

Lo que le ocurre a las y los reformistas, es que renuncian a la estrategia revolucionaria, que el parlamento no puede suplantar a la lucha callejera, que las cooperativas no pueden solucionar de fondo el problema del trabajo asalariado y los grandes monopolios si se renuncia a luchar por su desaparición a través de una confrontación directa con el capital, es decir, una revolución.

Que, a decir de Federico Engels, es "el acto más autoritario en la historia, pues se trata de la imposición de la voluntad de una clase sobre otra".

Las revoluciones, más vigentes que nunca

En un texto notable sobre lo arriba expuesto, Eric Blanc [5] no desperdicia espacio para lanzar un par de calumnias sobre la vigencia de la táctica bolchevique acerca del derrocamiento de un gobierno a través de movilizaciones, huelgas e insurrecciones. En un texto donde reivindica a Caros Kautsky [5] afirma que:

1. El apoyo a reemplazar el voto universal y la democracia parlamentaria por consejos obreros, o por otros órganos de poder dual, siempre fue marginal.

2. Las corrientes leninistas han asumido, pero no demostrado, que el modelo insurreccional y de doble poder de la Rusia de 1917 -una revolución que derrocó a un Estado autocrático y no-capitalista, no a un régimen parlamentario- es relevante para democracias capitalistas.

Es decir, que las formas de organización popular han pasado a la historia después del derrocamiento del fascismo en Italia y el régimen nazi tras finalizar la segunda guerra mundial.

Lo mismo ocurre con la derrota del imperialismo norteamericano en Vietnam, la revolución cubana o la caída de los regímenes bonapartistas y dictaduras militares a finales de los años 70's y 80's. Todos estos hechos a partir de guerras, huelgas generales, insurrecciones armadas, revoluciones y situaciones revolucionarias han pasado de noche para Eric Blanc.

Supongamos que esto es cierto para regímenes semi o dictatoriales superiores a la autocracia zarista. Bajo esta óptica simplona, podríamos extender el fenómeno hasta la Primavera Árabe.

Dicha sentencia podría resultar cierta de no ser porque las revoluciones e insurrecciones a partir de la primera mitad del siglo XXI han sido contra regímenes democrático-burgueses que obedecen los dictados del Fondo Monetario Internacional, sin importar que sus gobiernos se autoproclamen de derecha o de izquierda. Ocurrió en Bolivia, Brasil, Ecuador, Chile, Perú, Guatemala, Venezuela, Costa Rica, etcétera.

Las formas de poder popular, doble poder y autoorganización han sido más que abundantes. Si no se han instalado gobiernos revolucionarios dirigidos por organismos de poder, se debe a que estos, así como la dirección revolucionaria de las y los explotados, no se han desarrollado suficientemente.

Lo anterior no niega el hecho de que han sido las revoluciones, quienes han producido grandes avances en términos históricos, no los parlamentos o las reformas, si estas han sido posibles, se debe a la movilización callejera que pone a los regímenes contra la pared o los destruye.

Las revoluciones en el mundo han existido a pesar de no contar con un partido o una vanguardia capaz de profundizarlas en líneas socialistas. A estos fenómenos les conocemos como "revoluciones de febrero".

Reforma y revolución: Dos estrategias antagónicas

Rosa Luxemburgo
Rosa Luxemburgo

La socialdemocracia alemana traicionó al movimiento obrero mundial al votar el financiamiento de lo que sería la Primera Guerra Mundial, así como al oponer el parlamento a la lucha callejera y la huelga general una vez estallada la guerra.

Los reformistas hablaban de un tránsito sosegado hacia el socialismo, sin embargo, les estalló la primera guerra mundial en la cara destruyendo el idílico "cambio gradual y pacífico", en cambio, le terminaron capitulando vergonzosamente al imperialismo alemán.

El fin último de las y los revolucionarios marxistas, es la desaparición de las clases sociales, la socialización de los medios de producción y la expropiación de los grandes monopolios. Para ello, es necesaria la organización de la clase obrera, que puede usar todas las tácticas a su alcance para lograr sus objetivos.

Para esto es necesario llamar a derrocar a gobiernos capitalistas como el de Evo Morales en Bolivia, a López Obrador en México, a Nicolás Maduro en Venezuela, a Lula o Jair Bolsonaro en Brasil, o Joe Biden en Estados Unidos.

Una simple convocatoria a una huelga general, movilizaciones masivas, o algo que se le parezca, es algo que usted no leerá ni por equivocación en las páginas de Jacobin.

Para nosotros, desde la Coordinación Internacional de La Marx el debate es muy sencillo y se puede definir en términos clásicos: Reforma o Revolución.

Buena parte de las y los editores de Jacobin, militan en el DSA, existen algunas voces críticas dentro o de la revista que aparecen como "contrapeso" para "equilibrar" las cosas, o mejor dicho, para legitimar la línea editorial en aras de darle una imagen de pluralidad.

En el DSA militan figuras como Alejandra Ocasio Cortés o Bernie Sanders como satélites de izquierda dentro del Partido Demócrata.

Un debate de actualidad en la izquierda norteamericana es sobre si hacer entrismo o no en el Partido Demócrata, muy parecido al que se da en todo el mundo sobre si hacer entrismo o no en Morena (México), el PSUV en Venezuela, el PT en Brasil, o el MAS boliviano, todos ellos partidos capitalistas que en el fondo obedecen todas las políticas trazadas desde Wall Street o el FMI. Hacer entrismo en esos partidos no significa otra cosa que confundir a la vanguardia que busca una alternativa a los partidos del régimen, retrasa la tarea de construir una alternativa de clase en un momento histórico donde las masas están dejando las urnas para lanzarse a las calles en todo el mundo reivindicando sus demandas más sentidas, sobre todo contra Wall Street y el FMI, ubicados como el enemigo a vencer.

Desde la Coordinación Internacional de La Marx te llamamos a romper con estos partidos al servicio del capital y construir una verdadera alternativa de clase desde abajo.


Mayo de 2021





Notas


[1] Diez notas sobre el PSOL y la lucha por un gobierno de izquierda

https://jacobinlat.com/2021/04/14/diez-notas-sobre-el-psol-y-la-lucha-por-un-gobierno-de-izquierda/


[2] EE.UU.: «El socialismo crece en los municipios»

https://jacobinlat.com/2020/10/31/ee-uu-el-socialismo-crece-en-los-municipios/


[3] Soy un Leninista de la NEP, entrevista a Álvaro García Linera

https://jacobinlat.com/2021/01/14/soy-un-leninista-de-la-nep/


[4] John Ackerman. Los pinochetistas mexicanos están asustados

https://jacobinlat.com/2020/12/15/los-pinochetistas-mexicanos-estan-asustados/


[5] Eric Blanc. Por qué Kautsky tenía razón (y por qué debería importarte)

https://jacobinlat.com/2021/01/10/por-que-kautsky-tenia-razon-y-por-que-deberia-importarte/