¿Viene el fascismo o el bonapartismo a Brasil?
Por Fabian Naistat- La Marx International 19/10/22
Todos los grupos y partidos de izquierda dicen que la extrema derecha está creciendo en Brasil, la clase obrera está en proceso de declive, que las Fuerzas Armadas tienen un papel protagónico en la situación política del país, y que Brasil se encamina hacia un régimen fascista o bonapartista. Pero lo que caracteriza la situación mundial es un ascenso revolucionario de las masas y una gravísima crisis del capitalismo. Cada semana surgen nuevas revoluciones e insurrecciones, la clase obrera desarrolla huelgas y movilizaciones en todo el mundo. Las masas ucranianas están derrotando a Putin. Y los pocos regímenes bonapartistas que se construyeron antes de la caída de Lehman Brothers en 2008/09, Irán, Rusia, China, Nicaragua, Cuba, Venezuela, están en crisis,
Putin se encuentra en una grave crisis con el pueblo ruso oponiéndose abiertamente al reclutamiento militar, mientras en Irán las masas en insurrección contra la dictadura, lo mismo en Cuba movilizaciones contra la dictadura cada vez más diarias, y los regímenes de Venezuela y Nicaragua aislados y odiados por las masas. ¿Es posible que todo el mundo vaya por un lado y Brasil por el otro? Incluso analizando la situación en América Latina, veremos que en Ecuador estalló una insurrección, el gobierno de Boric en Chile fue derrotado en su intento de instaurar una nueva Constitución, el gobierno argentino y el peronismo sumidos en una profunda crisis. Comenzaron manifestaciones en México contra el ejército, acusado de ser responsable de la masacre de Ayotzinapa. ¿Es posible que toda América Latina vaya por un lado y Brasil por el otro?
Hipotéticamente sí es posible. El problema es que en realidad no hay ningún elemento que sustente la afirmación de que Brasil va al bonapartismo, al contrario, todos los datos electorales y la realidad del país muestran que en Brasil se están dando los mismos elementos que recorren el mundo. Entonces, trabajemos con los datos de la realidad para llegar a las conclusiones correctas.
Las coaliciones capitalistas salen debilitadas de las elecciones
Todos los medios, y los líderes de las coaliciones burguesas, agitan que en la primera vuelta de las elecciones las coaliciones salieron fortalecidas de la elección, que Bolsonaro creció y es más fuerte, y que Lula creció y es más fuerte. Pero los datos de la realidad muestran lo contrario. Las coaliciones burguesas, y el régimen gastaron millones de dólares y enormes recursos para obligar a millones de brasileños a elegir solo dos posibilidades. Las demás candidaturas fueron testimoniales, el conjunto de recursos de las multinacionales, la burguesía y el imperialismo se concentró en Lula y en Bolsonaro. ¿Y qué consiguieron?
El dato concreto, y de los 156.453.354 millones de brasileños con derecho a voto, 51.072.345 votaron por Bolsonaro, esto representa el 32% de la población total. Solo recibió votos de un tercio de la población. En relación a las elecciones de 2018, de un total de 147.299.471 votantes, Bolsonaro obtuvo 49.277.010 millones, lo que significa el 33% del total de la población. En 2022 aumenta el total de votos para Bolsonaro, pero como hay más brasileños en condiciones de votar, Bolsonaro ha bajado un punto del 33% al 32%. A pesar de los millones de dólares, la propaganda de las multinacionales, los millones del Estado utilizados para el plan "Auxílio Brasil", el apoyo de gobiernos, alcaldes e iglesias protestantes, Bolsonaro no avanza entre el pueblo brasileño.
A pesar de los millones de dólares y toda la presión del Estado y la superestructura política, es un gobierno débil que tiene en contra a la abrumadora mayoría de la población. Lula, a su vez, de los 156.446.127. las personas con derecho a voto obtiene 57.258.115, un 36,5%. Obtiene el apoyo de más de un tercio de la población. Solo 10 millones de votos aumentan en comparación con las elecciones de 2018, del 32% al 36%, un crecimiento muy débil, a pesar de que Lula lleva su candidatura porque lo sacan de la cárcel para reconstruir esta coalición A pesar de los millones de dólares de las multinacionales, del Estado, de la presión de todas las organizaciones sociales y políticas del país que responden por el PT, esta coalición crece al 4%. Incluso este débil crecimiento es posible porque hay una coalición con los partidos burgueses de Alckmin y el PMDB.
En el campo de la democracia burguesa, un gobierno se considera fuerte cuando cuenta con un 50% o un 60% de apoyo. La crisis del régimen democrático burgués brasileño radica en que las dos coaliciones capitalistas, apoyadas por el imperialismo y las clases dominantes brasileñas, tendrán que aplicar un plan brutal contra el pueblo para sacar de la crisis al capitalismo brasileño con sólo un tercio de el apoyo de la población, es decir, el gobierno que asuma tendrá en contra a la mayoría de la población. Esto demuestra que la mayoría de los trabajadores y del pueblo en Brasil avanzan en su conciencia y no creen en los candidatos y partidos de la burguesía, como sucedió en el pasado.
No creemos y denunciamos la democracia burguesa
Con la segunda vuelta, las dos coaliciones tendrán más votos, pero no cambian cualitativamente la situación, ya que la segunda vuelta es una polarización forzada que obliga a las masas a optar por una de estas dos variantes. Es parte de las trampas y farsas de la democracia burguesa. Todos los partidos de izquierda basan su análisis en datos proporcionados por la democracia burguesa. Porque lo que necesitamos aclarar es: ¿La democracia burguesa es realmente la expresión de la voluntad del pueblo brasileño?, ¿Debemos creer los datos presentados por la Democracia burguesa?
¿Cómo es posible que una coalición electoral que obtiene el 32% de los votos termine teniendo mayoría parlamentaria y obtenga la victoria incluso en importantes ciudades y estados del país como São Paulo? El hecho de que Bolsonaro tenga mayoría en el Parlamento, con 372 parlamentarios, ciertamente impacta en la vanguardia y el activismo. Obviamente el bolsonarismo sacude su "triunfo" , y los medios dicen lo mismo. Pero el hecho de que una coalición que logra sólo un tercio del apoyo de la población tenga una mayoría en el parlamento, y en muchos estados y ciudades, demuestra el carácter antidemocrático de la "democracia" burguesa . Esto demuestra que la democracia burguesa es una farsa, y no representa ninguna "democracia".
Todos los mecanismos de las elecciones burguesas son completamente antidemocráticos, la forma en que se establecen los circuitos electorales, se diluye la representación de los estados y barrios con mayor concentración de trabajadores, solo se pueden presentar los partidos que tienen millones de dólares, y se aplica la representación con base en proporcionalidad, dejando fuera de los cálculos a los millones de brasileños que votan en blanco, nulo o se abstienen.
Todos estos mecanismos son un fraude, una farsa y terminan reflejando representación en parlamentos, gobiernos, alcaldes, etc. que no expresa la realidad de la voluntad del pueblo. Obviamente las masas no saben esto y son permanentemente engañadas por los partidos burgueses y reformistas que les dicen que las elecciones burguesas son "democracia". Pero los marxistas debemos denunciar que la democracia burguesa y las elecciones burguesas no son "democracia", y que las representaciones obtenidas por las coaliciones de Lula y Bolsonaro no representan la realidad de lo que piensa el pueblo brasileño.
No basamos nuestros análisis en las mentiras difundidas por mentirosos a sueldo de Folha de São Paulo, o Rede do Globo, hacemos nuestros análisis independientemente de la burguesía, y rechazamos sus campañas y mentiras, además de denunciar sus mecanismos de eso que llaman "democracia" importa que seamos una completa minoría en medio del mar de capitulaciones y barbaridades que ahora están esparciendo los analistas e intelectuales de la izquierda brasileña. Parten de la base de considerar a la democracia burguesa como "democracia" si apoyan los métodos de la democracia burguesa, son cómplices de sus trampas, no denuncian, al contrario, colaboran con el engaño al pueblo de lo ocurrido en las elecciones son "democracia"
Pero aun contando a favor de todos estos fraudes, y mecanismos antidemocráticos de la democracia burguesa, si analizamos la composición de los escaños obtenidos por la coalición de Bolsonaro, que será la mayoría, vemos que de los 372 escaños obtenidos por esta coalición, 99 pertenecen a Bolsonaro. Los otros 273 votos pertenecen en su mayoría, con algunas excepciones, a una constelación de partidos conocidos en la política brasileña como "Centrao". ¿Qué es el "Centrao"?
Es un bloque formado por partidos de centro y centroderecha que ha sido la piedra angular del sistema político brasileño, apoyando a todos los presidentes ya vistos en las coaliciones capitalistas tanto de centroizquierda como de centroderecha. El actual presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, uno de los líderes de Centrão y aliado estratégico de Bolsonaro. El partido de Lira se llama Progresistas y apoyó los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), donde nombró dirigentes de Petrobras, apoyó al gobierno de Temer, hizo acuerdos con Alckmin, y no tiene problemas para aliarse con Bolsonaro.
Centrão actúa en el Congreso, intercambiando apoyos parlamentarios por espacios en la gestión del gobierno y el presupuesto nacional. Es un bloque de poder que defiende el régimen democrático burgués, porque vive de ese régimen y basa su existencia en el Parlamento. Si el régimen democrático burgués desapareciera, Centrao desaparecería con él. Pero entonces, la "maravilla" de la democracia burguesa logra que un grupo de políticos completamente desconocidos para las grandes masas, que viven jodiendo tras bambalinas del senado haciendo sus sucias jugadas, acuerdos, tratos, y trucos, son ahora los que apoyan a Bolsonaro para que tenga mayoría parlamentaria. ¿Representa esto realmente la voluntad del pueblo brasileño?
¿Las grandes masas obreras, campesinas, conocen a Artur Lira? ¿Los resultados electorales muestran su deseo de ser gobernado por estos personajes? De mantenerse la alianza con el oficialismo, permite llegar a 372 de los 513 diputados. En el Senado arroja 52 escaños para Centrão, 14 para Bolsonaro y 13 para PT y aliados. Pero tampoco podemos descartar que, si gana Lula, el Centrao cambie de posición y pase a apoyar al próximo gobierno de Lula. Esto demuestra que los resultados de las elecciones no reflejan la voluntad del pueblo brasileño, y son una maraña de trucos y artimañas para engañar al pueblo.
¿Brasil avanza hacia el bonapartismo?
¿Qué es el bonapartismo? El bonapartismo es una dictadura, un régimen político basado en las Fuerzas Armadas que reprime a la población con métodos de guerra civil, asesina, encarcela y tortura a miles de líderes sociales, sindicales y políticos de oposición como en Venezuela, Cuba o Nicaragua. Proscribe los medios de oposición, elimina los derechos de reunión, expresión y manifestación como hace Putin en Rusia. Incluso puede establecer campos de concentración como lo hace el régimen chino. ¿Brasil se dirige hacia este régimen político?
Artur Lira presidente de la Cámara de Diputados y uno de los más importantes representantes del Centrão
Para instaurar un régimen bonapartista, la burguesía brasileña necesita un gobierno fuerte que cuente con el apoyo de importantes sectores del movimiento de masas. Los regímenes bonapartistas existentes se constituyeron a partir de importantes concesiones económicas con las que conquistaron el apoyo de los sectores de masas, cuando se vivía otra situación del capitalismo mundial. Así fue en Rusia hace 30 años, Irán hace 40 años, Cuba y China hace 50 años, Venezuela hace 20 años, Nicaragua hace 40 años, etc.
¿Seguirá el próximo gobierno en Brasil la política de Putin, Ortega, Maduro o Díaz Canel? No entendemos en qué se basa la izquierda global para afirmar esto. El próximo gobierno capitalista que surja en Brasil será un gobierno débil, sin posibilidad alguna de otorgar concesiones a las masas para la crisis mundial del capitalismo. A lo sumo, seguirá otorgando millones de subsidios para contener la pobreza, como lo viene haciendo Bolsonaro y lo están haciendo prácticamente todos los gobiernos capitalistas del mundo. ¿Hay algún sector de la burguesía brasileña que proponga este tipo de régimen político? ¿Lo propuso el Centrão? ¿Lula lo propone? Bolsonaro hizo declaraciones amenazantes contra las libertades democráticas ¿La afirmación de que Brasil tendrá un régimen bonapartista se basa en la política de Bolsonaro en los últimos años?
Si se basa en la política de Bolsonaro en los últimos años, debe modificar urgentemente esta caracterización, porque lo que Bolsonaro y la burguesía brasileña han hecho en los últimos años es lo contrario de ir a un régimen bonapartista. En marzo de 2021, el gobierno de Bolsonaro se sumió en una profunda crisis. Con millones de muertos por la pandemia, un profundo odio de la población hacia el gobierno, y acorralado por varios pedidos de juicio político, Bolsanaro cambió de política. Saco del gabinete a Ernesto Araújo, el mayor representante de la ideología ultraderechista del gabinete, y nombró al senador Ciro Nogueira como ministro de la Casa Civil, principal cargo de gobierno después del presidente. Ciro Noguerra es representante del Centrao.
De esta manera, Bolsonaro hizo un trato con Centrao, colocando a funcionarios de Centrao en áreas clave de gobierno, y acordó con ellos establecer el Plan "Auxilio Brasil" , que ahora otorga subsidios a 20 millones de personas. De esta forma, y ante la posibilidad de una grave crisis política, Bolsonaro dio un giro de 180 grados en su política. Cuando llegó al poder, Bolsonaro habló de nunca hacer acuerdos con "políticos corruptos" vinculados a Lava Jato u Odebrecht y dijo que acabaría con los subsidios como el plan "Bolsa Família" de Lula. Pero luego hizo todo lo contrario, terminó pactando con sectores corruptos vinculados a Lava Jato, como Centrão, y estableció el plan "Auxililo Brasil", que es el mismo plan llevado a cabo por Lula durante décadas.
Mientras Lula miraba su política "a la derecha", pactando con Alckmin, Bolsonaro dio la vuelta pactando políticamente con Centrão, y adoptando el plan de repartir millones de subsidios sociales como lo hace el gobierno "progresista" del kirchnerismo en Argentina, o Lula hizo durante décadas. ¿Los acuerdos de Bolsonaro con Centrao indican un camino hacia el bonapartismo? ¿Es la implementación del plan "Auxilio Brasil" una medida bonapartista? Cuando la izquierda global dice que Brasil se está moviendo hacia el bonapartismo, ¿dice que el régimen político dejará de apoyarse en el Parlamento, y se apoyará en las Fuerzas Armadas? ¿El próximo gobierno romperá con Centrão? ¿Comenzará a perseguir a los opositores, a eliminar la libertad de prensa, de reunión, a eliminar sindicatos y organizaciones sociales, mientras no puede hacer concesiones a las masas?
Auxílio Brasil es el plan de Bolsonaro para distribuir millones de subsidios de pobreza
Nuestra visión es completamente diferente a la de la izquierda global. El próximo gobierno brasileño dependerá del Parlamento, de los acuerdos con Centrão, de las instituciones del régimen democrático burgués, como viene haciendo Bolsonaro. El próximo gobierno no puede salir a reprimir violentamente a los activistas, perseguir a los opositores, eso provocaría una revuelta popular, la burguesía brasileña no es suicida. Los casos de muertes de activistas son pocos y esporádicos, existen como en todos los países capitalistas, pero no como parte de un plan sistemático. El eje del gobierno no va a ser salir a asesinar activistas, el eje continuará siendo el reparto de millones de subsidios para evitar revueltas y cooptar activistas, eso es lo que realmente pasa en la situación política de Brasil.
No hay ningún elemento de la realidad que indique la tendencia hacia el fascismo o el bonapartismo en Brasil. Al contrario. Menos aún existe la posibilidad de fascismo en Brasil. Pero los dirigentes de la Internacional Progresista, de toda la izquierda mundial, de toda la izquierda brasileña, desconociendo la realidad, agitan constantemente la inminencia del fascismo para justificar su vergonzoso apoyo a Lula.
Porque Brasil no va en dirección contraria a donde va el mundo, va exactamente en la misma dirección. Durante el apogeo de las dictaduras bonapartistas o dictaduras militares en América Latina, la persecución de los líderes sindicales era común, las reuniones disidentes eran interrumpidas por fusilamientos y encarcelamientos. Las masacres son recordadas por toda una generación.Nada de esto está sucediendo hoy en Brasil. Hoy la política del imperialismo es la del "Frente por la Paz y la Democracia" no es el garrote, sino la zanahoria y la consulta.
A partir de 2021, Bolsonaro se adhirió plenamente, además de sus declaraciones y discursos, a esta política. Es similar a Donald Trump que "habla" todo el tiempo con declaraciones reaccionarias, pero su política era preservar el régimen democrático burgués. No juzgamos a los gobiernos por sus "discursos " y declaraciones a la prensa, sino por su política diaria. Y esa seguirá siendo la política del próximo gobierno brasileño, aunque tenga que implementar un ataque económico serio a las masas, buscará reprimir y atacar a las masas, pero desde un régimen democrático burgués en crisis. Esta contradicción es a la que se enfrentan todos los gobiernos capitalistas del mundo, les gustaría poder aplastar a las masas del mundo para imponer sus planes, pero les es imposible.
Desde el punto de vista económico, la pobreza y la miseria avanzan, porque mientras el capitalismo no sea expropiado, seguirá destruyendo las fuerzas productivas. Pero desde el punto de vista político, los gobiernos capitalistas y sus regímenes viven de crisis en crisis, producto del ascenso revolucionario de las masas, van destruyendo sus gobiernos, sus regímenes y las direcciones traicioneras. Los pocos regímenes bonapartistas que existen están siendo duramente golpeados por la tercera ola revolucionaria mundial, la revolución de las mujeres, y de los pueblos más oprimidos como Ucrania.
En Brasil, la burguesía no puede avanzar a un régimen bonapartista como resultado de la revolución que hizo el pueblo en 2016, que impuso una relación de fuerzas entre las clases que la burguesía brasileña no pudo revertir. La charlatanería de Bolsonaro terminó con un acuerdo con el corrupto Centrão, y la distribución de millones de subsidios, ante la imposibilidad de derrotar al pueblo brasileño, y ejecutó su gobierno a base de acuerdos parlamentarios, contando con el régimen democrático burgués.
Brasil: De una revolución a otra revolución
Cuando en 2015 Dilma Roussef quiso atacar las pensiones, y jubilaciones del pueblo brasileño, Brasil explotó. Las movilizaciones fueron las más grandes en la historia de Brasil desde la caída de la dictadura, después de la cual cayó Dilma y comenzó a caer el partido político más importante de la clase obrera brasileña: el PT. Fue una revolución de febrero que cumple tareas políticas, porque cambió para siempre el régimen político del país y está cambiando la situación de los líderes del movimiento de masas. Esta revolución está destruyendo y provocando una gran crisis en todos los grupos de izquierda del país.
Esta revolución explica toda la situación política actual, explica por qué surgió el bolsonarismo, el carácter del régimen democrático burgués brasileño. Cuando Bolsonaro entró en crisis, la burguesía brasileña evitó otro febrero recurrente, otro vacío de poder a través de acuerdos parlamentarios con Centrão, para evitar la caída de otro gobierno burgués. Este acuerdo en el marco del régimen burgués le permitió "adormecer" la revolución, conducir la situación política hacia las elecciones, forzar la 2da vuelta, hacer creer a las masas que habrá "democracia".
Movilizaciones de masas contra Lula, Dilma Rousseff y el PT 2015-2016
Pero estas maniobras de contener el descontetnto popular llevando la movilización a las elecciones es solo eso, una estratagema. No cambia las relaciones de fuerza entre las clases que la revolución de 2016 estableció en Brasil. No resuelve ninguna de las contradicciones y crisis del capitalismo brasileño. Y prepara y acumula nuevas contradicciones que estallarán durante el próximo gobierno capitalista del país, cuando comience el descontento de las masas y el pueblo contra el gobierno y sus medidas. Todos los tipos de predicciones se pueden hacer, se pueden hacer todo tipo de hipótesis, como hablar de un futuro bonapartismo, pero las hipótesis tienen que estar basadas en hechos de la realidad, no pueden estar basadas en preguntas imaginarias, o meras especulaciones no sustentadas en datos reales. Una caracterización errónea de la realidad nos lleva a perder oportunidades políticas. Y como siempre decía Nahuel Moreno: "Cada oportunidad política perdida equivale a retrocesos y crisis".
Brasil, tuve una revolución en 2016 que comenzó a destruir el PT, el principal partido político de la clase obrera brasileña. Esta revolución fue parte de una ola revolucionaria que incluyó triunfos como en ese mismo año el pueblo ucraniano derrotó a la dictadura de Yanukovych, abriendo la revolución ucraniana que ahora logra una segunda victoria militar. Sin entender esta revolución, es imposible entender nada de lo que sucede en la realidad política de Brasil. La caída de Dilma fue una revolución con movilizaciones masivas del pueblo brasileño que puso fin a una era. Es una revolución política que hirió de muerte al viejo régimen político brasileño y comenzó a liberar a la clase obrera de las cadenas del reformismo. Hoy el PT está lejos de ser el partido dominante en el activismo y en la base obrera y popular de Brasil, y necesitaba los acuerdos con Alckmin para poder recuperarse parcialmente.
Solo pactando con esos podridos partidos burgueses consiguió una bancada de 66 escaños, pero estaba lejos de los 88 diputados que sabía que tenía en su mejor momento. La revolución de 2016 comenzó a destruir al PT y también a todas las fuerzas reformistas. Permite liberar cuadros y desarrollar nuevos activistas. Por ejemplo, la crisis del PSOL o del PSTU, y la salida de cientos de militantes de esas organizaciones es parte del proceso de revolución política que vive el país. La revolución política es cuando las masas dejan de creer en los viejos líderes y rompen con ellos.
En las elecciones de 2022, y especialmente en la segunda vuelta, votarán por el "mal menor " obligados a optar por lo que les ofrece la parafernalia de la democracia burguesa. Pero no hay entusiasmo ni control de los viejos líderes sobre las masas. Y ahí está la crisis del régimen democrático burgués brasileño: que la revolución política está debilitando los apoyos del régimen. En las elecciones de 2022, y especialmente en la segunda vuelta, las masas se ven obligadas a optar por el "mal menor" por lo que les ofrece la trampa de la democracia burguesa. Pero no hay entusiasmo entre las masas, sólo una confusión coyuntural provocada por las presiones del régimen democrático burgués.
Todas las direcciones y los medios de comunicación están lanzando una consigna unánime a las masas: "¡Vayan a votar! Una consigna que no tiene ni un milímetro de política bonapartista o fascista. Pero cuando termine el circo electoral, todo volverá a la realidad. La burguesía tendrá que sacar al capitalismo brasileño de la crisis, y se enfrentará a un movimiento de masas que le dijo que si "votaba" las cosas mejorarían. Se acabó toda palabrería, engaño, trucos y maniobras, y la lucha de clases mostrará la realidad, como en todos los países capitalistas del mundo. ¿Qué hará el pueblo brasileño cuando empiece a ver que ha sido engañado? ¿Se dejará atacar sin reaccionar? ¿Aceptará más hambre, más pobreza, sin expresar descontento?
Esto no es lo que muestra la realidad de Brasil desde 2016 hasta hoy. Unos años después, años después, Brasil volvió a vivir una crisis política. En 2021, el gobierno de Bolsonaro se encontraba aislado, en crisis, el país se dirigía a una nueva crisis revolucionaria, Bolsonaro podría haber caído. Sin embargo, la burguesía brasileña actuó rápidamente con acuerdos para evitar un nuevo episodio de caída de un gobierno. Lula salió de prisión, usó su prestigio y presionó a las organizaciones sociales para que Bolsonaro llegara al final de su mandato. El Centrão hizo un trato con Bolsonaro, ingresó al gobierno, presentó todas las solicitudes de juicio político y lanzó el plan "Auxilio Brasil" para evitar la revuelta y el descontento de las masas.
El acuerdo entre Lula, Centrão, Bolsonaro y todas las organizaciones políticas y sociales del país evitó otra crisis revolucionaria y otro vacío de poder en Brasil. Pero el próximo gobierno brasileño tendrá que enfrentarse al movimiento de masas. Debe implementar un plan brutal contra las masas para salvar al capitalismo brasileño de la crisis. Debe hacerlo con sólo un tercio del apoyo de la población, con el partido histórico de la clase obrera, el PT, completamente en crisis, y con toda la izquierda brasileña en crisis, que también atraviesa todas las direcciones de la políticas y sociales .
¿Hacia dónde va Brasil? Viene de una revolución y va a otra. Lula, el Centro y Bolsonaro evitaron una crisis revolucionaria en 2021. Han vuelto a atacar al pueblo brasileño desde el Parlamento y han buscado evitar otra crisis revolucionaria. A ver si pueden. Brasil se dirige hacia Ecuador, hacia Chile, hacia Panamá, hacia Argentina, hacia México, hacia los procesos más actuales y dinámicos de la coyuntura mundial. Brasil no va hacia atrás, va hacia adelante. Brasil tiene la clase obrera más poderosa de América Latina. Tiene una clase obrera joven, negra y femenina que saldrá y luchará para defender sus derechos.
La clase obrera brasileña es un ejemplo mundial. Empezó a destruir al PT ya los grupos de la Internacional Progresista antes que a ningún otro país. Son la vanguardia absoluta. La clase obrera argentina ya empieza a romper con el peronismo, la clase obrera chilena empieza a enfrentarse al PC en el gobierno de Boric, la clase obrera mexicana ya empieza a romper y enfrentarse a MORENA, y al gobierno de López Obrador. Todo lo que está pasando ahora en Argentina, México, Chile, etc., es lo que empezaron a hacer los negros, los pobres, las mujeres, los jóvenes en Brasil hace 6 años.
El centro de nuestra política es derrotar la política del próximo gobierno capitalista en Brasil. Solo asuma que decimos "no es nuestro gobierno" y luego llamamos a derrotar su política. Si es Lula, debatiremos con los que llaman a "presionar" al gobierno para que tome medidas a favor del pueblo. Vamos a denunciar al Parlamento brasileño, esa cueva de ladrones, por todos los acuerdos que hacen allí con el Centro. Denunciemos a Centrão por sus líderes corruptos. Denunciemos el plan "Auxilio Brasil", el pueblo brasileño no quiere limosnas ni subsidios, quiere trabajo digno y genuino.
Discutiremos con los que dicen que si llamamos a la movilización puede venir "el golpe de la derecha" . Y debemos reagrupar lo mejor del activismo brasileño interviniendo en las luchas que buscan derrotar al gobierno, enfrentando la represión y reagrupando a los compañeros que rompen con la izquierda traicionera y reformista que apoyará, por acción u omisión, al próximo gobierno de Lula. Brasil no puede ser entendido como un país alejado de la realidad mundial, ni exento de nuevas crisis políticas que pueden desembocar en situaciones revolucionarias de lucha de clases y nuevas crisis revolucionarias. Dejamos estos aportes para un debate fundamental en el país con la clase obrera más numerosa y organizada de Sudamérica, pero, sobre todo, en la construcción del partido mundial de los oprimidos.
ARTÍCULO ORIGINAL EN PORTUGUÉS EN EL SITIO WEB DE MARX BRASIL